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"El cerro de mazacoatl" (venado-serpiente)

  • Foto del escritor: Alexa
    Alexa
  • 20 feb 2020
  • 3 Min. de lectura

Después de unas cuantas entradas poco a poco voy cayendo en cuenta de la importancia de la figura del venado para las culturas mexicanas; lo que para algunos es una deidad, para otros representa la vida misma, o la feminidad, o a otros animales.

Esta vez partimos el viaje en la Sierra Negra de Puebla, hogar de los venado cola blanca y la boa constrictor, los cuales son asociados con la renovación. Muchos de los habitantes de la región actualmente desconocen el verdadero origen de las tradiciones, pero la esencia se mantiene gracias a la práctica de los ritos y la transmisión de los mitos y leyendas.

Imagina el paraíso vegetal que se encuentra en la Sierra Negra, con un clima semitropical, un permanente tono verde a lo largo de los cerrros y una gran variedad de animales; hogar de comunidades hablantes de nahuatl y origen de las historias sobre "temazatl" (Mazama temama) en castellano significa venado temazate, venado rojo o venado cabrito. Y también podemos encontrar a "huey mazatl iztac cuitlapilli" (Odocoileus virginianus mexicanus) conocido como venado cola blanca.

Para estas comunidades el venado está íntimamente relacionado con el monte y todos los seres que la habitan (desde los elementos hasta las plantas), existen incluso comunidades que consideran partes del venado como un amuleto para que los recién nacidos adquieran las virtudes del venado, como su rapidez y protección (la cual está relacionada con el fuego y la planta del yetl, que es de tabaco); el amuleto se realiza con una pata al cual se le quita el hueso, se rasga la piel en dos hasta llegar a la pezuña y se curte. Se realiza una tobillera que se deja hasta que el niño tenga la habilidad de quitársela por si mismo.

El Covatepetl resalta desde diferentes perspectivas por su imponente altura, pero desde cada comunidad se ven diferentes caras del mismo.

Para los nahuas que habitan ésta zona, las montañas son el cuerpo de sus ancestros. Por ello el cerro se percibe como un ser vivo que provee sustento; cada elemento de la naturaleza posee un espíritu animado.

Tepechane (el dueño del cerro) y su contraparte femenina Achane (la dueña del cerro) son dos ancianos, espíritus de la montaña. Residen en el cerro más importante para las comunidades junto con los tonaltin o tecuantzi, los animales compañeros.

El viejo Tepechane en su aspecto animal es venado y serpiente principalmente, pero puede encontrarse como cualquier otro animal.

Entonces ¿Sabes de casualidad en que se parece un venado a una serpiente?

Para los nahuas el nombre mazacoatl se atribuye a ambos; por cuestiones biológicas y relacionadas a los hábitos podemos decir que el hocico de la boa se parece al del venado, ambos mudan algo, el venado los cuernos, la boa la piel, son buenos nadadores y cuentan con actividades tanto diurnas como nocturnas. La mazacoatl adquirió el nombre debido a sus capacidades depredadoras; las nahuas dicen que le salen cuernos porque se come a los temazame. En el Códice Florentino se encuentra una descripción de mazacoatl con todas las características de la boa con cuernos de venado.

Se cuenta que el cerro de Covatepetl es la cabeza de esas mazacoatl. Antes había animales grandes como los cerros y entre ellos se encontraba una mazacoatl enorme con plumas y cuernos de venado, que también caminaba como venado. Le gustó es cerro porque desde ahí podía ver el Iztactepetl (Pico de Orizaba) y se echó ahí para poder verlo. Al dejar de moverse sus cuernos se volvieron árboles, dos de cacao que a veces pueden verse, de su pelaje se formaron plantas de tabaco y esos tabacos también son las plumas.

Por esto también se cuenta que los venados viven dentro de los árboles y pueden volverse en hombres, como Tepechane.


 
 
 

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